viernes, julio 15, 2005

Del perdón, de la violencia y de los 'Pasajes de la guerra revolucionaria'

En qué momento se debe parar de empezar la violencia. ¿Cuándo un dictador (doctor, militar, abogado o desquiciado que no cuenta con que algún sistema antes ha sido establecido, y que dicho sistema ha sido, si no útil, mejor que las nuevas cosas que un individualista pueda querer hacer) debe darse cuenta que lo que está haciendo está mal, y que no sólo lo que él ha pensado sobre los demás está bien? Es difícil darse cuenta, muy difícil. Todos somos desquiciados- individualistas alguna vez. Todos a la hora de la práctica, hemos acabado con lo bonita que es escrita la palabra paz sobre una hoja. Todo ser se equivoca, y es un desquiciado.

¿Cuándo el Ché Guevara debió parar su guerra, justificada en que los ricos se quedaban con un mundo que es para todos? Cuándo debió parar sólo para no morir.

Cuándo debí parar, cuándo...

De los pasajes de la guerra revolucionaria me gusta esa introducción in(c)vitadora. El Ché invitando a la gente a que escriba lo que vivió durante el periodo de la revolución armada; para así dejar escrita la historia de la defensa de los latinoaméricanos que veían que se daban injusticias.

Injusticias que no se deben dar, tal y como la injusticia que cometí al meditar algo, al predicar algo, al dar sentido y coherencia a mi vida a partir de algo, a partir de una útopia de vida pacifica, lejana de las 'malas prácticas' que cometía el entorno que me rodea; y no cumplirlo. Incoherencias con cosas que dije dos segundos antes. La cara de terror. La cara de resignación y de tristeza porque ese sentimiento, humano, de tener rabia es muy cruel. Es muy cruel. No hace bien. Qué triste. Perdón quién seas
quién creas
quién perdonas
quién perdonas, una vez más.

Juan Pablo

No hay comentarios.: