lunes, diciembre 28, 2009

A mí me gusta escribirte puesto en brevedad.
La brevedad de una canción.
La brevedad posible ante la que estamos expuestos
siempre que pretendemos soltar amarras.

No se puede.
No se puede la brevedad pretendida
ante eso de abandonar.

Dejar ir
o enamorarse
de los breves pero largos,
trascendentes, siempre presentes
momentos,
que recuerdo.

Yo me pongo en brevedad,
y de la brevedad se salta con brevedad
al silencio.

No, pero las canciones
no tienen nada de brevedad en ellas.
Son bien infinitas.
Como el amor que siempre te voy a tener.

Que no sé cómo se llame,
si hay que ponerle un nombre.

viernes, diciembre 18, 2009

miércoles, diciembre 16, 2009