martes, septiembre 09, 2008

I.Primero

Tal mano
entrega a la otra.
La regala,
la relega
a ser simple lluvia.

Gotas murmuradas.
oídos cerrados, y nada entra en ellos.
Todos sabemos
la suavidad con que los mataron,
y todos vimos
las muchas gotas sobre el agua.

Que irá murmurando,
río abajo,
que la lluvia de sangre
de los Judas enredados
traicionó nuevamente
a los hombres de las manos,
los de las manos agujereadas.

A ser lluvia


A ser simple, lluvia.
Entrega de mí
todo cuanto quieras,
para que sea posible
caer como aceite
sobre los hombros de ella.

Con tu carácter más simple
inunda cada uno de sus pliegues.
Ella es alguien que está esperando
que no la inunde de torpezas.

A ser simple, lluvia, enséñame eso, ya que me caí torpemente en este charco.

Que no las borre el sol

Sobre la misma línea,
misma línea, voy siguiendo tus pasos.

Sobre la misma línea,
misma línea, enojo mis zapatos,
endulzo tus andrajos,
seduzco tus largos pasos
largos pasos.

Sobre ti torpemente ya me caí.
Que me sepas dar simpleza
te pido que me enseñes,

y que la lluvia no me borre de tus pasos,
que quiero seguir pensando
que sigo la misma línea, la misma línea!

Ni el sol, ni el sol.
Y si un día decides que he decidido renunciar
Me dices, me dices,
que has decidido renunciar,
que no lo harás más,
que nunca más en tu vida vas a estar.
y yo me voy confundiendo en tus palabras, con la misma cadencia que has decidido decirme que quieres renunciar, que quieres abrir los ojos y mirar,
y como es una cadencia lenta
nunca termina,
nunca.