sábado, abril 15, 2006

Creer en las coincidencias

Es muy difícil lanzarse al agua y escribir como sin miedo alrededor, envolviendo y haciendo temblar tanto a las manos que ellas no, no reman.

Debes estar así acostada, tan chiquita tu espalda, tan grande tu vida, mirarás una película o debes estar dormida o mirando al techo o hacía la persiana de madera. Afuera está lloviendo muy duro, y la niña evoca una película o una canción, la niña quiere expresar vida, de verdad vivir y no soñar tanto. Ya me lo dijo. Anoche, entre lagrimas y árboles que asustaban, dejó ver, tras sus ojos verdes, que quería vivir un poco más; levantarse con la naturaleza, escuchar lo que es la verdad pura, ver el sol que no deja ver, manotear y de repente pararse y abrazar el día, como lo solía hacer en la ciudad, pero sin tanta carga encima; carga la deben sentir estos árboles que tienen la vida misma ante sus ojos. El camino por el que pasamos, mientras sentía la mano de la niña trasmitirme sus ansias de vida y de no soñar tanto, era muy oscuro y estrecho, nos hizo pisar el pasto su angostura; a lo mejor si pisaramos el pasto en otro lugar sentiríamos lo mojado de la mañana, sentiríamos que el desayuno podrá estar listo sólo, y sólo sí, nosotros lo queremos...pero si antes queremos caminar un poco a las orillas del río y sentir las plantas de los pies mojadas entonces nadie, ni ningún sueño, podrá hacernos sentir que debemos desayunar.

Debes estar acostada mirando hacía la ventana que está tapada con la persiana. Querrás caminar. Yo quiero lograr cosas y no sentir que no es lo que debo hacer. Yo también tengo miedo de levantarme. Ves, ahora mezclo las cosas. Querrás caminar un poco...Bueno, eso quiero yo, caminar por una calle que está mojada, mojar mi pie, mi mano con el agua sucia, escapar del carro que pasa impertinente, usar palabras raras, sentirse mal, sentir que no debo escribir, sentirse en el río, sentir que no está bien querer ser quien no soy, sentir que puedo juzgar. Tú no querras caminar un poco. Querrás ver tu película. Yo quisiera que no llorarás. Hoy en día no sé qué puede ser justo o qué no. A la gente le da igual que siga lloviendo si no se moja; pero no ven que sí!! se mojan, y lo que es aún peor, se mojan con suciedad. Yo te conocí y no sentía que nada me fuera a mojar, pero mira! siempre saldremos mojados en esta tierra que, sí la sabes ver bien, no es más que ríos y ríos de lo que está de moda para matar o para vestir. Lo importante es saber con qué mojarse. Hay ríos de gente en la ciudad teatro. Hay ríos de...¿Querrás caminar un poco?


Me dará tranquilidad tu tranquilidad. Sin mirar atrás.

Juan Pablo