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jueves, julio 10, 2008

Dónde estás ahora que el viento borró tus manos

Cabeza
Cuello
Vuelta
Dolor
Tiempo
Atrás
Vital
Vital

El tiempo es vital cuando se encuentra con la desesperación de estar pensando en el ayer.

Correr
Calle
34
Vital
Vital
Adolezco de todo
Sufro de todo

Hasta de dolor

Fuerza vital

rápidos movimientos

Cuello
cabeza
patibulo
tiempo
escalera
escalera
esc
al
era
era
la
escalera
limpia
de
todo
rencor
y
resignada
se entregó
al vomito y al dolor

Dónde estás ahora que el tiempo borró tus sueños

Tu imagen muy gris
Tu imagen se va (ah, ah)

Tururururu-ru-ru-ru-ru-ru-ru (Prueba en unos 20 segundos)



viernes, mayo 23, 2008

Marioneta marcescente: marchitándose sin caer.

Pesado y aburrido resulta para el tiempo sostener tus hilos.
¿Cuándo te fuiste convirtiendo en sombra, sin flor y carente de vida?
Cuándo y no me di cuenta,
fui tan triste que no me di cuenta;
te miré tanto que no me di cuenta.

¿Alguna vez te propuse mirar por mucho tiempo los prados de tu abuela?
Ahí, seguramente, no encontraríamos nada;
Pero así no sería tan triste tu silencio hoy,
Ni tan oscura tu flor ensombrecida,
Ni tan muertos tus hilos de vida.

¿Puedo sentarme en tu silla sin caer fríamente en lo nocturno de tus párpados?

Puedo abrazarme a los pocos brillos que a veces quieres darme,
Pero no me bastaría con eso,
Y te lo quisiera decir hoy, que parece que me escuchas, que estás atenta a mis palabras,
Que puedo contigo pero no puedo conmigo
Tratando de cargar lo que al tiempo no se le antoja;
Y tratando de cerrar los ojos, y poder sentarme al lado tuyo,
Deshacernos de los hilos (mutuamente),
Deshacernos de lo marchito que aparecemos hoy en ese cuadro de las marionetas.

Yo llevo tu mano. Pero acéptala.
Y aún queda helado en mi nevera.
Para que lo veamos caer sobre los prados de tu abuela, tan estáticos como las marionetas que no quieren vivir más.

domingo, octubre 07, 2007

Siempre tuve miedo de acercarme a tus palabras

Y qué debo hacer entonces, si es lo único que pretendes que haga.
Y qué debo hacer entonces, si lloras encerrado en tu triste habitación, y escribes encerrado en lo absurdo de tu vocación.
Y qué debo hacer entonces, si te desvaneces ante un abrazo y...
Menos mal que tus palabras son oídas sólo por tristes desesperados. Menos mal que tuve miedo.