domingo, noviembre 11, 2007

A la soledad acorralada

Dame fuego eterno
que suene a nostalgia de tu raza.
Que no sea un infierno
pero que tampoco me salve ni me saque de mi calma.


Dame salvación
en la palma de mi mano,
para así poder encender alguna idea
u olvidar qué es sentir tanta ausencia de un hermano.


Crearé una fotografía,
una fotografía de mi calma,
y podrás mirarla cada vez que quieras,
olvidando así, de a poco, cualquier vestigio de tu karma.

Apagaré las voces que tanto angustian,
y acallaré los dioses que tanto miedo nos inculcan.
Ignoraré sus voces que saben a miedo y tradición;
te invocaré antigua, como sangre o como vieja canción.

Será la soledad la nueva hermana de la casa.
Insistiré violentamente en abrir su mundo a la esperanza.
La tendremos a nuestros pies, le podremos decir tantas verdades,Le mostraremos nuestra calma, nuestra única y preciada calma.

(¿) Sabré salvarme alguna vez
de tanto odio y perversión. (?)
(¿) Sabré jugar a ser humano,
sabré probar la sangre de Dios (?)


(¿) Conoceré tus mil caminos
y no retaré a ningún señor (?)
(¿) Sabré a qué sabe tu desdicha
y luego, fácilmente, olvidaré tu bendición (?)


Sólo quiero conocer mi calma.
Que me dé mil perspectivas y mostrarla al lado de un amor.
Sólo una salvación, la de conocer el intenso amor,
Sostenerlo en una mano, con una fotografía, con una vieja canción:
Decirle al mundo entero y a su soledad que es

nada más que calma lo que necesita un corazón.


No hay comentarios.: